domingo, abril 17, 2011

Aquel Extraño...

... Subí las escaleras y enseguida divisé los primeros puestos desocupados.. elegí como de constumbre el de la ventana. El chofer del autobus, sin mas.. arrancó.. Ya desplomada en el descuidado asiento me pongo comoda .. hundiendome en el y estirando las piernas. Prendi el ipod y me coloque los audifonos..

   El chofer, mientras, iba llenando de pasajeros rápidamente el pobre y destartalado autobus; se empujaban unos a los otros.. estaba hasta el tope.. muchos hablando, otros cansados del trabajo y alli entre toda esa gente; estaba yo..  sumergida en pensamientos y viendo aproximarse una tormenta.. la primera lagrima no dudó en caer por mi mejilla, las siguientes no esperaron mucho para ir detras de aquella primera y apurada lagrima... Pretendia dejar de llorar, volteando hacia la ventana y mirando a las personas en la calle.. los carros pasar.. los anuncios publicitarios.. las marquesinas... el intento de distraerme y apagar las lagrimas fue en vano.. seguian cayendo por mi rostro, aunque cada lagrima que caia.. la removia con mis manos..

  El autobus se detuvo, y subió a bordo a un padre joven, con su hijita de no mas de 5 años... si mal no recuerdo le cedieron el puesto, justamente a mi lado.. No se tardaron en percatar que lloraba, y la niña; de lo mas inocente me señala y le dice al padre.. :O está llorando.. enseguida, me pregunta: ¿porque lloras? .. su inocencia y carita me hicieron tratar de responder de la mejor forma.. "cosas de la vida".. sonriendo forzosamente y aun con lagrimas en los ojos...
...  El joven padre, inquietado e intentando un poco ser gracioso, le advierte a su pequeña que no me pregunte y que no sea curiosa que quizas era por mi novio o algo asi.. (yo pensando que esta vez no lloraba por cierta basura) .. creo recordar que negué esa suposición y le medio comenté.. que era por los estudios,  y que a veces la vida es muy injusta.. el sonrió, y me dijo que la vida era asi que habia que lidiar con las situaciones que nos molestan..  luego de eso, comenzo a hablarle a su hija, a jugar y bromear con ella.. por supuesto, haciendome reir... 

   Ya faltando poco para llegar a mi casa, se atrevió a decirme que no le gusta ver a una chica llorar y que  el sabe que a las mujeres nos causa ternura y gracia los niños y que por eso, queria hacerme reir bromeando con su hija... justo luego de esa explicación me regaló un caramelo... toda esta situacion noble y dulce me fueron borrando las lagrimas.. y me sirvió para pensar lo agradecida y suertuda que soy por vivir algo así y encontrarme con este jóven padre; que aunque fue una simple vivencia, me hizo ver que todavia existen grandes personas en este mundo tan podrido..  No olvidaré el dia en que aquel extraño de manera desinteresada buscó y encontró la forma de hacerme sonreir..